Elise Parte 3

Pero tenía que hacer algo, este dolor no era normal, era algo más allá, no podía con él. Su socia la vio y le preguntó que era lo que sucedía. Nunca la había visto así en los cuatro años que tenía de conocerla. Nada Lauren, estoy bien, contesto, es solo que tengo un extraño dolor en el pecho, pero ya verás que se me pasa. Será mejor que te vayas y descanses, sugirió Lauren al ver su pálida y sudorosa piel y ella siguió el consejo.

Se fue a su departamento, apenas y podía conducir, esa sensación estaba invadiendo hasta la más minúscula parte de su cuerpo y lo hacía temblar.

Empezó por buscar sus viejos directorios telefónicos, apunto los diferentes números que tenía de él, y de sus amigos, y también de unas cuantas amigas suyas que le conocían. Comenzó a marcar Louis, Martha, Andy, Maggie, Josh, Rob, nadie sabía nada de él desde hacía unos años. Porqué rayos tuvo que cambiar tanto como para mudarse a un alejado pueblo y perder comunicación con todos los amigos que teníamos, porqué tuvo que buscarse nuevos amigos que no figuran en mi agenda. Tuvo un arranque de desesperación y lanzo todas sus agendas y anotaciones al piso de la habitación. Salió de ella al balcón a tomar un poco de aire para tratar de controlar la opresión que extrañamente ahora se había ido a su garganta formando un apretado nudo.

Pero el hueco en el estómago que sentía definitivamente era de hambre, esquivo el desorden que había dejado en la habitación y bajo a tomar un refrigerio. Busco en el refrigerador, creo que necesito hacer las compras, no hay nada aquí!!! Se puso zapatos de nuevo, ya que había optado por descansar en sus pantuflas de corazones rosas que tanto le gustaban, esas que le había regalado hacia unos meses su novio, con el cual estaba a punto de cumplir un año. Aunque realmente Jake no era lo que podría estrictamente llamarse novio, lo veía escasamente cada semana, salían a cenar, luego a algún bar de moda, rara vez hacían algo que a Elise le gustaba, como cenar en casa o ver películas o tan solo platicar, Jake no era de los tipos de platican mucho, tampoco de los que son detallistas, pero era guapo y divertido y lo más importante la hacía sentirse que importaba y que aún no había perdido su encanto con los hombres. No era romántico, realmente le había regalado esas pantuflas junto con un osito de peluche de tamaño familiar, solo para disculparse por aquella vez que se había olvidado de su cita y había salido con sus amigos a ver el futbol, Elise no le había gritado ni nada, simplemente le había dejado de hablar, ni siquiera le reclamo, pero Jake no soporto ver su duro rostro y lo poco cariñosa que estaba el día siguiente cuando la vio, así que decidió disculparse a lo grande, y a Elise no le molestaba.