¡Cómo odio a ese chico! Capítulo 5

-Maldita sea, maldita mi suerte!!!!-dije golpeando mi almohada, estaba en la cama, mis amigas sentadas en el piso mirando cómo desquitaba mi furia- es que no puede ser posible, simplemente no
-¿Qué parte?¿La de que te encontraste al cretino en la escuela?-dijo Jo
-¿O la de que resulto ser sobrino del director?- continúo Erin
-Las dos… todo!!! Por su culpa, por su estúpida culpa-dije subiendo la voz
-¿Por estúpida culpa de quién?- pregunto mi hermanito metiendo sus narizotas en mi cuarto
-De nadie semejante metiche, vete de aquí dije amenazando con lanzarle la almohada
-Mamá!!! Scarlett esta diciendo groserías- dijo y hasta entonces me di cuenta de que mi mamá había llegado
Deje la almohada y el salió de mi cuarto
-Scarlett!!!!-gritó mi mamá
-Mamá…. No estoy diciendo nada…
-No me importa baja aquí ahora mismo
-Esto huele mal-dijo Erin
-Ni me digas- me puse de nuevo los zapatos y baje, sabiendo muy bien de lo que todo esto se trataba
-Scarlett…
-Lo siento mamá, no fue mi intención, ese chico las trae conmigo, y cómo lo vi ahí pues me enoje y me fui y me encontraron y el director…
-¿Scarlett de que estás hablando?-me preguntó con cara de confusión
-De la suspensión, ¿de qué más?
-Yo sólo te hablaba para que pusieras la mesa y me dijeras si Erin y Jo se iban a quedar a comer.
Fue como un balde de agua fría que caía sobre mi cuerpo lleno de rabia
-Suspendida Scarlett!!!??? ¿Cómo pudo suceder eso?-me regañaba después de que el director le hablo por teléfono para avisarlo, claro después de que yo misma me había delatado, dejándome en un callejón de salida dónde yo era la única culpable.
-Lo siento mamá, es mi culpa completamente, no pensé en las consecuencias pero debes entender que ese chico me ha hecho pasar un muy mal rato.
-Lo sé, pero eso no es una excusa hija, lamento decirte que tendré que castigarte- dijo en tono severo, pero sabía que muy dentro no quería hacerlo.

Erin y Jo se fueron en seguida, cuando les conté sobre lo ocurrido, estaban de acuerdo conmigo: tenía que hacerme una limpia.

No pude salir, tampoco dejaron que Adam fuera a visitarme, pero me llamó en cuanto le mande mensaje de texto para decirle que si se parará por mi casa porqué no iba a lograr verme.
-No te preocupes pequeña, digo me encantaría poder verte, pero no quiero que tengas ningún problema por mi culpa.
-Gracias Adam
-Pequeña, lamento que hayas tenido un mal día, quisiera estar ahí para abrazarte o tal vez me hubiera gustado estar ahí para darle un buen golpe al cretino- igual yo, en esos momentos odiaba que Adam estuviera inscrito en la preparatoria del lado oeste del pueblo.
-Adam!!-dije fingiendo cómo que en mi mente nunca me había imaginado al cretino recibiendo su merecido.
-Qué? No es justo que aquél idiota se salga con la suya y mi novia terminé castigada y suspendida.
-Las cosas no se solucionan con golpes
-Quién sabe? Igual lo hago cambiar de opinión
Me quede callada
-Está bien, sólo estoy bromeando Carly
Eso era lo que adoraba de mi novio, me conocía tan bien que muchas veces las palabras estaban de más.
-Lo sé
-Pequeña debo dejarte, tengo que ir al gimnasio- si, otra cosa que adoraba de Adam, era atlético, iba al gimnasio estaba en el equipo escolar, simplemente era grandioso- y después tengo entrenamiento- de natación
-Esta bien Adam
-Te voy a extrañar mi pequeña…
-Yo también…-digo y me quedo al teléfono, aún cuando sé que ya colgó

Me encanta Adam, es decir, ¿a quién no le gustaría? Con todos sus atributos, con todos sus encantos, con esos hermosos ojos color verde, cómo no quererlo…?
Pero simplemente había algo, a veces faltaba algo…

Comencé a hacer mis deberes, estuve un rato escuchando música, en su mayoría canciones tristes y hablando sobre ira contenida, y de repente escuché un ruido en mi ventana. Me acerqué, levante las cortinas y vi un chocolate (tamaño jumbo) de mis favoritos, junto con una nota.