No estaba muy segura de poner esto aquí, pero al fin y al cabo creo que también es parte de mí el otro lado de la escritura, menos poética (si es que se les puede llamar poéticos a mis escritos), desde hace tiempo me gusta mucho escribir, es una grandiosa forma de expresión, y antes de empezar con los poemas y pensamientos empecé con cuentos e historias cortas, algunos para la escuela, otros solo por ocio (acepto que alguna vez hice un fanfic de HP jeje).
Para que conozcan esta faceta mía les dejo con una corta historia de romance, con la cual participe hace unos meses en el Concurso de San Valentín de Juvenil Romántica.
Je m'appelle Lucía
Había sido un día horrendo para Lucía, llevaba una semana con gripe, se sentía cansada, le dolía la cabeza, el cuerpo, tenía mucha hambre, sed y calor. Pero estaba de nuevo en casa, como cada semana que regresaba de la ciudad donde estudiaba la carrera de sus sueños a su ciudad natal, donde la esperaba todo lo que siempre había conocido: su familia y amigos.
No era una muchacha infeliz, pero algo faltaba en su vida y cada semana, cuando se bajaba del autobús y ponía los pies sobre la tierra de su infancia imaginaba que ese fin de semana podría conocer a la persona ideal. Sin embargo, después de 2 años de pensar en lo mismo, estaba dejando de creer que tal cosa sucedería.
También había tenido una mala semana, exámenes, el clima, la soledad. A pesar de que ya tenía tiempo viviendo sola, aun no lograba a acostumbrarse y había noches enteras que se la pasaba llorando, le hacía falta estar con alguien, su mamá, su hermano o tal vez su mejor amiga, o tal vez esa persona que la conocía también y con quién había compartido tantos bellos momentos.
El era especial, siempre había sido como si pudiera leer su mente, o más bien su mirada. Lucía era muy callada y muchas veces tímida, pero cuando estaba con Adrián todo era diferente el la comprendía y ella lo complementaba a la perfección. O al menos así había sido por 3 largos años de fructífero amor en una relación de ensueño, pero al final, como todo en esta vida, tuvo que terminar. Hasta hoy día Lucía no había logrado entenderlo, no logra comprender que fue lo que paso, ella nunca pensó que para perseguir su sueño tenía que renunciar a tantas cosas, entre ellas el amor, pero no se arrepentía, solo se sentía triste de vez en cuando y esta era una de esas ocasiones.
A pesar de que habían terminado de una mala manera y aunque ella no creía que era la mejor solución decidió detener el sufrimiento antes de que le perforara el corazón, pero el agujero que él dejo fue bien grande de todas maneras. Después de un tiempo siguieron hablándose, platicando y recordando viejos momentos, también habían considerado regresar, pero Lucía no quería hacerse ilusiones, Adrián había cambiado tanto que ya no sabía que expectativas tener y mejor se mantenía en el lado seguro, aunque no descartaba la idea. Ella lo seguía queriendo. Esta vez sólo quería hablar con él, platicar, llorar en su hombro y dejar salir todos los sentimientos que mantenía presos en su pecho, en su alma, en su corazón y que por tantos meses la habían atormentado con sus lamentos de dolor, solo quería que la abrazará como antes porque aun tenía el poder de hacer que el mundo se detuviera como si no existiera nada ni nadie y entonces todo el temor abandonaba su cuerpo.
Colgó el teléfono sin dejarlo terminar su despedida, estaba enojada, él no podía reunirse con ella una vez más. Había tratado de contactarlo para verlo desde hacía ya dos meses pero no había tenido suficiente suerte como para que el le cediera un espacio de su tiempo. Al carajo con él, pensó, camino con paso veloz y decidido, hasta que le dolió pisar tan fuerte del enojo y se tranquilizo. Llegó a la parada, los rayos del sol no le permitían ver. Se cambio de lugar, paso algo de tiempo, ya estaba harta. De repente alguien se acerco a ella. Era bien parecido, llevaba una mochila al hombro y con una sonrisa y un adorable acento le pregunto
-¿Sabes si el autobús que pasa por aquí lleva al centro?
Lucía estaba perdida, su corazón eufórico quería salir de su cavidad torácica.
-Si- contesto a secas
-Gracias- sonrió el forastero y camino unos cuantos pasos más.
Fue como si algo dentro de Lucía se hubiera activado. Se quedo pensando y fue hacia él.
-Yo voy para allá, puedo ayudarte a llegar si quieres
-Oh esta bien. Gracias-dijo amablemente
Lucía temblaba, pero se armo de valor y comenzó a hacerle plática
-Y… dime ¿de donde eres?
-De Francia
-Wow, y ¿cuánto tienes viviendo aquí?
-Seis meses, me vine a trabajar cerca de aquí
-Vaya, y ¿qué tal te ha parecido mi país y mi pequeña ciudad hasta ahora?
-Es muy bonito, todo, lo que se me hace difícil en este momento es el clima, es muy diferente
-Lo sé, pareciera que estamos en verano en vez de invierno, aunque por las mañanas aún hace mucho frío.
El autobús se detuvo donde estaban parados, ella aún estaba un tanto nerviosa, era una situación totalmente nueva para ella. Arriba se sentaron juntos y siguieron platicando
-Soy una maleducada, ni siquiera te he preguntado tu nombre.
-Pierre ¿y el tuyo?
.-Lucía, me llamo Lucía-dijo con una sonrisa
-Y ¿cuántos años tienes Lucía?
-Mm tengo- estaba dudando, aún era joven y eso tal vez podía dejar de interesarle-tengo 20- de nada valía mentir pues quizá nunca más volviera a ver al apuesto e interesante extranjero
-¿En serio?, te ves más grande-y sonrío, una de esas sonrisas que paralizan, y surtió gran efecto en Lucía
-¿Y tu?
-Tengo 24 años
-Vaya, solo puedo imaginarme lo mucho que debes extrañar tu casa, tu familia, estar tan lejos debe ser muy difícil.-se notaba la nostalgia en su voz, la tristeza al pronunciar estas palabras, Lucía conocía perfectamente todo lo que “extrañar” significaba
-Lo es, pero este es un lugar muy interesante y me gusta mucho, todo, su cultura, su gente, su comida
-¿Y cómo decidiste venir hasta acá?
-Bueno, estuve en Canadá hace un tiempo, después se me presentó la oferta de regresar a America esta vez por motivos de trabajo y acepté
Lucía estaba atenta a todo lo que decía, no era difícil entenderlo puesto que hablada muy bien el español, pero no quería perder ni un solo detalle.
-¿No has sentido la barrera del idioma?
-La verdad es que no mucho, estudie español por seis años en la escuela, y la verdad me ayudaron bastante, pero el primer mes que estuve aquí fue cuando más aprendí, es mucho más complicado de lo que pensaba
-En verdad lo es, usamos muchas expresiones que no deberíamos de usar y decimos mal algunas palabras y muchas tienen múltiples significados. A mi me parece muy interesante el francés, quiero aprender en cuanto pueda.
-Es fácil, lo complicado para ustedes son los sonidos y los acentos, pero estoy seguro de que podrás, se ve que eres muy inteligente- eso la hizo sonrojarse, pero aún ruborizada siguió mirándolo de frente- ¿qué es lo que estudias?
-Gastronomía
-¿Aquí hay esa carrera?
-No, bueno sí, pero es mejor en otros lugares así que me fui al pueblo vecino a estudiar
-Pero el pueblo vecino está como a 3 horas de aquí, ahora entiendo porque me decías que comprendías que debía extrañar a mi familia
-Si, ha sido difícil, vengo cada semana porque no puedo pasar más tiempo sin ver a mis papás, mi hermano o mi amiga.
Estaban llegando al lugar donde debían descender, Lucía se levanto del asiento y Pierre hizo lo mismo
-Debemos bajar en la siguiente parada-le indico- de ahí queda muy cerca el lugar que buscas
-Gracias, de verdad, si hago que te desvíes lo mejor será que me des las instrucciones, no quiero molestarte
-No es ninguna molestia, de verdad y no me queda lejos
Bajaron después de unos minutos, siguieron platicando mientras caminaban, acerca de la comida, los lugares que había visitado y otras cosas, pero el camino no era largo y el momento de decir adiós estaba por llegar. Su fantasía estaba por terminar.
-Sabes, esto es lo que me gusta de México, que las personas son muy cálidas y amables, de verdad te agradezco que me ayudarás, creo que puedo irme desde aquí, esta demasiado cerca para perderme
Lucía no quería despedirse, pero debía hacerlo, de cualquier manera había sido un episodio emocionante en su vida
-No tiene de que agradecer, espero que sigas teniendo una buena estancia aquí, fue un placer conocerte y aún más poder ayudarte- dijo despidiéndose y le besó en la mejilla
-Igualmente-dijo él y se dio la vuelta. Lucía camino de regreso al camino que le conducía a su hogar, tenía una sonrisa tatuada en la boca. Volteó y el ya no estaba.
Iba caminando aún con la felicidad en la cara, la gente hasta la miraba extraño, pero no le importo. Había conocido a alguien sensacional y le había ayudado. O tal vez había sido al revés, el había iluminado su día desde la primer sonrisa, la primer mirada y la primer palabra, Pierre había cambiado su suerte en ese instante y aunque no lo volviera a ver, nunca olvidaría lo bien que la había hecho sentir.
Lucía llego a su casa, dejo sus cosas en el perchero, saludo a su madre y se sentó en la cómoda sala, se estaba quedando dormida cuando sonó su teléfono, era Dana, su mejor amiga, que quería ponerse de acuerdo para ir al cine esa noche. Lucía moría por contarle acerca de Pierre.
Y así lo hizo, una vez que salieron de la película y que fueron a cenar, empezaron a platicar acerca de la semana que no se habían visto y de lo que no se habían contado. Pierre encabezaba la lista, Dana se sorprendió cuando Lucía le empezó a contar lo ocurrido, conocía a su amiga y sabía que no era común que actuara así y menos frente a un total desconocido, pero cuando le contó que no tenia su teléfono ni él le había pedido el suyo no se extraño.
-¡¡¡Eres una tonta!!! Debiste haberle dado tu número y no sé ofrecerte como guía de turistas o algo
.-Fue muy rápido, no sabía que hacer, temía lucir como una acosadora.
-Bueno y eso era todo lo que me querías decir, por teléfono sonabas muy feliz
-Lo estoy, Pierre me alegró la tarde y el día y probablemente la semana, de verdad
-Solo platicaste con él como 30 minutos, estas loca de verdad
-No me importa, te digo que había tenido un muy mal día y el lo cambio
-Bueno y con mal día te refieres a que Adrián estaba muy ocupado
-Mm algo así
-Lucía por favor, sabes que siempre está ocupado, deberías haber dejado de buscarlo desde hace muchos meses.
-Lo sé, no tiene que recordármelo solo quería saber en que andaba estos días
-Ay Lucía, no se porque insistes en hablar con él, como si valiera la pena
-Ya te dije que me gusta platicar con él
-Es tu exnovio, uno no busca a su exnovio para platicar con él
-Con Adrián es diferente, siempre fuimos buenos amigos
-Yo soy tu amiga, conmigo puedes hablar cuando te plaza
-Dana sabes que no es lo mismo
-Ya ya, ya lo entendí, cambiemos de tema
Dieron el tema por muerto. Aunque permaneció en la mente de Lucía hasta que llego a casa, hasta que prendió la computadora y seguía pensando en Pierre hasta que un mensaje instantáneo hizo un sonido
Adrián dice: ¡¡¡Hola Lucy!!! Por favor se que estas ahí
Adrián dice: Lucy por favor, quiero hablar contigo
Adrián dice: Lucy, lo siento
Adrián dice: Lo siento mucho
Adrián dice: Lo siento mucho
Adrián dice: Lo siento mucho
Lucyernaga dice: Hola
Adrián dice: Lo siento mucho Lucy, de verdad quería ir a platicar contigo pero es que estaba trabajando y no me pude salir antes, perdóname
Lucyernaga dice: No te preocupes, te perdono
Adrián dice: Es que no quiero que pienses que no tengo tiempo para ti, sé que últimamente he estado un poco ocupado, pero te prometo que te compensaré
Lucyernaga dice:
1. Si, pienso que la verdad no tienes tiempo para que seamos amigos
2. Si, has estado muuuuuy ocupado desde hace como 3 meses
3. No necesito que me compenses, de verdad no tienes de que preocuparte
Adrián dice: Lucy no me digas eso, por favor todo menos eso, siempre tendré tiempo para ti, ¿somos amigos no?
Lucyernaga dice: No parece Adrián, no parece y honestamente ya me canse de este jueguito sabes que no podemos ser solo amigos y aunque queramos ¡¡¡ni eso podemos!!!
Adrián: Lucy no, de verdad no digas eso, aunque yo tampoco creo que debamos ser amigos
Lucyernaga: ah pues que bueno, entonces adiós y que te vaya bien
Adrián dice: Lucy espera, lo que quiero decir es que deberíamos…. Deberíamos regresar, bueno piénsalo por favor, la verdad es que no me gusta estar sin ti y te extraño, creo que podríamos intentarlo, de verdad lo creo, por favor dame un oportunidad
Adrián dice: Lucy, ¿sigues ahí? Bueno no te presiono, piénsalo por favor y cuando te decidas por favor llámame
Adrián se ha desconectado
¿Qué era lo que acababa de pasar? Adrián el “nunca voy a regresar con una exnovia” acababa de pedirle que regresara con él. ¿Que volviera a ser su novia y volvieran a ser felices para siempre?
Tenía que llamar a Dana.
Pasaron dos semanas sin que supiera que hacer y una sin que se armara de valor para llamar a Adrián, el había tratado de comunicarse con ella, pero o ignoraba sus llamadas o las contestaba y le decía que todavía no había decidido que hablara después. Dana la obligo a llamarle, si iba a tomar una decisión mejor que lo hiciera ya. Quedo de verse con Adrián en el café de la plaza cercana a su casa. Ya era la hora, Lucía iba caminando decidida a decirle a su hasta ahora exnovio lo que había decidido.
Pero en un minuto todo puede cambiar.
-Lucía-dijo una voz conocida detrás de ella
Ella se volteó hasta que sus ojos se encontraron y la sonrisa de Pierre la dejo sin respiración
-Pierre que gusto volver a encontrarte, que… que sorpresa- y de verdad lo era, nunca había pensado que volvería a encontrarse a su adorable príncipe francés de nuevo y eso era una señal, ¿o no? Acaso el destino lo estaba poniendo en su camino. Y si lo hacía debía de haber una razón para ello. Tal vez Pierre era su destino y su felicidad estaba a punto de hacerse presente y manifestarse.
-Es una agradable sorpresa que por fin te haya encontrado
-¿A qué te refieres con por fin?
-Lucía sé que es un poco repentino y no quiero asustarte pero desde ese día no he dejado de pensar en ti y he venido cada semana, los tres días del fin de semana aquí a ver si te encontraba, he pasado muchas veces por la parada de autobús esperando encontrar de nuevo esa hermosa y amigable cara. La verdad es que ese día extrañaba mucho mi hogar, y al platicar contigo me sentí como si estuviera en él de nuevo.
Su corazón estaba paralizado, bueno no, la verdad estaba latiendo como si tuviera taquicardia, nunca, nunca había imaginado esa situación, no sabía que decir, no sabía que hacer. Pierre se había decidido a ser su príncipe sin que ella se le pidiera, Pierre la había escogido a ella para tener su final feliz
Entonces le besó, tierna y dulcemente, no había necesidad de que le dijera algo más, ese beso fue suficiente para que Pierre supiera que ella había soñado noche tras noche con él desde aquel día en que lo conoció y cambio su vida. El la abrazó y la sostuvo entre sus brazos por un largo rato.
-Sé que esto es muy rápido, pero simplemente no quiero dejarte ir-
-Lo sé, yo tampoco, además tenemos mucho tiempo para conocernos más, aunque la verdad siento que ya te conozco, pero hay algo que debo hacer o más bien algo que no debo hacer, espérame aquí por favor.
Pierre accedió desconcertado y Lucía camino hasta el café. Adrián estaba sentado. Lucía se sentó, el estaba nervioso y ella también. Desde que habían terminado había soñado con ese momento, pero ahora todo era diferente. Se saludaron cortésmente y platicaron pocos minutos sobre cosas sin importancia
-Adrián, no quiero darle más rodeos, la verdad es que si me hubieras pedido esto hace un mes hubiera sido distinto, pero ahora no puedo, no quiero regresar.
-Lucy yo te quiero…
-Yo también, pero ya no como antes Adrián, lo lamento pero no hay nada que pueda hacer ya.
-Es por alguien más verdad-pregunto con tristeza
-Si, no voy a mentirte hay alguien más y estoy dispuesta a aventurarme de nuevo
-¿Y qué pasa si sales herida? No quiero que nada te pase, eres muy importante para mí y lo sabes
-No me importa ya he salido herida una vez y puedo hacerlo de nuevo y volver a curarme, no importan los riesgos quiero volver a sentir y tu volverás a hacerlo también-y lo abrazó
-Lucía nunca te voy a olvidar, pero supongo que es lo que me tengo merecido, espero, espero que seas muy feliz
-Lo seré, no para siempre pero si trataré de serlo cada día-y dicho esto se fue dejando atrás su pasado y saludando a su nuevo futuro al lado de alguien especial que había llegado de muy lejos para quedarse en su vida.
Mariana S.
3 comments:
y tengo una lagrimita asomandose....
es una mezcla entre la historia en donde ella porfin decide dejar el pasado atras y continuar con su vida (con lo cual me identifico) y por el nombre que decidiste usar.
Tu historia coincide con mi historia y el chico de ella coincide con mi chico, en nombre y actitud
Muy buena tu historia... Sigo con la lagrimita
Saludos Marianux
Marianux!!
Sabias q cada vez me encantan más tus escritos!!??
Este me gusto, me gustó el que la chica decidiera dejar atrás su pasado y seguir adelante, pero sobre todo que haya decidido no darse por vencida y seguir amando aunque saliera herida...
Simplemente creo q me sentí identificada en unas cosas...
Ten por seguro q siempre comentaré en tus escritos, eres muy buena!!
Mil gracias linduras!!! sus comentarios son lo máximo para mí... si, esta es una de mis favoritas jeje... y tngo más... pronto estaré poesteandolas.... gracias
Saludos: Mariana S
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